En la actualidad, cada vez oímos más hablar sobre la educación emocional. El creciente interés por conocer de qué se trata y por qué es tan importante en la educación de nuestros hijos, está provocando que las instituciones quieran implementarlo en sus planes de estudio.
La educación emocional tiene grandes beneficios en la formación tanto de los alumnos como del profesorado que los acompaña. Una educación emocional es un aprendizaje constante y es necesario que las familias conozcan cómo desarrollar las capacidades del alumno. Permite potenciar el desarrollo en las competencias emocionales del alumno y le capacita para las diferentes situaciones a las que se enfrentará durante su vida..
En este artículo, vamos a ver en más profundidad qué es la educación emocional y qué beneficios tiene para los niños.
¿Qué es la educación emocional y para qué sirve?
La educación emocional infantil enseña a los niños cómo gestionar todas sus emociones. Los alumnos consiguen estar más motivados a la misma vez que ayudan positivamente en su desarrollo intelectual.
Una correcta educación y aprendizaje de los estudiantes es muy importante tanto para padres como para maestros. Los alumnos tienen la obligación de estudiar diferentes conocimientos académicos junto a otros tipos de aprendizajes como por ejemplo, la gestión de sus sentimientos. En pocas palabras, la educación emocional nos ayuda a reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás. Nos ayuda a gestionar de forma correcta las relaciones.
La inteligencia emocional ayuda a pensar antes de actuar, a controlar los enfados, la agresividad, la tristeza, etc… Todo esto se consigue con una educación emocional desde pequeños. De esta forma, podrán adaptarse a diferentes situaciones que les lleve la vida. Entre muchas de las ventajas, podemos encontrar las siguientes:
- Mejor concentración y menos interferencias afectivas
- Más relevantes en su éxito profesional y personal
- Más motivación y ganas de aprender
- Mayor felicidad emocional
¿Qué habilidades emocionales se pueden desarrollar con la educación emocional?
Podemos encontrar cinco ejes que constituyen la inteligencia emocional.
Conocimiento de uno mismo. Es la habilidad de reconocer un sentimiento cuando aparece, prestar atención a nuestras reacciones y estado de ánimo (pensamientos, conductas, emociones) y saber manejar las reacciones ante los estímulos. Por ejemplo, reconocer el enfado para saber reaccionar de la mejor forma posible.
Autorregularse de forma emocional. Consiste en saber identificar y expresar nuestras emociones de la forma más sana posible. Cuando identificamos nuestras emociones hay que saber expresarlas bien con los demás. No existen emociones buenas o malas, cada una de ellas nos avisa de algo y tiene una función específica. El miedo nos avisa de que existe alguna situación peligrosa. Se trata de identificar por qué aparecen y para qué. En ningún momento las reprimimos. La capacidad de relajarse y tener un equilibrio emocional se desarrolla gracias a la socialización.
Empatía. La empatía es la capacidad de experimentar el estado emocional de la otra persona, de captar sus estados emocionales y de reaccionar de manera correcta socialmente. Es lo que se conoce como “ponerse en la piel del otro”. La empatía está formada por una parte afectiva y otra cognitiva. El afectivo suele ser suficiente. El cognitivo no. Por ejemplo, los maltratadores pueden saber de forma cognitiva que la víctima sufre pero no es capaz de sentir el dolor que sufre porque no existe ningún tipo de emoción.
Motivación. Para conseguir metas importantes en la vida, se requiere de una visión optimista. Está relacionada con el control de los impulsos, la aceptación y superación de pensamientos negativos, la visión del fracaso, la autoestima, etc.
Habilidades sociales. Las habilidades sociales son un aprendizaje lo que significa que pueden ser enseñadas y aprendidas. Estas habilidades las vemos en situaciones interpersonales (entre dos o más personas). Implica tener en cuenta normas sociales acorde al contexto sociocultural y están orientadas a obtener un refuerzo social o de auto-refuerzo.
Cómo trabajar la educación emocional infantil de forma fácil
La inteligencia emocional no se adquiere porque sí. Se consigue a través de vivencias y diferentes situaciones en las relaciones. Por eso, es importante que los padres y los maestros ayuden a los niños en el desarrollo de las emociones. Cuando se desarrollen situaciones emocionales, tienes que establecer unos objetivos de aprendizaje. Además, algunas actividades que se pueden desarrollarse para trabajar la educación emocional infantil pueden ser:
- Ejercicios de relajación para que los niños liberen el estrés y puedan calmarse
- Expresar las emociones que sienten para que conozcan las suyas y las de los demás.
- Trabajar la conciencia corporal y compararla con emociones para que entiendan la relación que existe entre el cuerpo y las emociones.
En la educación emocional, el acompañamiento de otra persona es esencial par quien aprende. La función del docente es reafirmar el comportamiento adecuado de la persona. Es un ejercicio que afecta de manera proporcional al estudiante, cuanto más practique y ejercite estas habilidades, más las desarrollará. La infancia es la edad más receptiva, cuando la educación tiene un mayor impacto.