El acoso puede ocurrir en la escuela, en casa o en Internet. Nunca está bien y no es una parte normal del crecimiento. En este artículo veremos más a fondo este fenómeno tan indeseable que aparece en parte de nuestra sociedad.
Definición de acoso
Una buena definición de acoso podría ser la siguiente:
El acoso es un abuso de poder continuado y deliberado en las relaciones a través de un comportamiento verbal, físico y/o social repetido que pretende causar un daño físico, social y/o psicológico. Puede implicar que un individuo o un grupo abuse de su poder, o de su percepción de poder, sobre una o más personas que se sienten incapaces de impedirlo.
El acoso puede ocurrir en persona o en línea, a través de diversas plataformas y dispositivos digitales, y puede ser obvio (abierto) u oculto (encubierto). El comportamiento de acoso se repite, o tiene el potencial de repetirse, a lo largo del tiempo (por ejemplo, mediante el intercambio de registros digitales).
El acoso, en cualquiera de sus formas y por cualquier motivo, puede tener efectos inmediatos, a medio y a largo plazo en los implicados, incluidos los espectadores. Los incidentes aislados y los conflictos o peleas entre iguales, ya sea en persona o en línea, no se definen como acoso escolar.
Las 3 características principales del acoso escolar son
- el abuso de poder en una relación
- es continuo y repetido
- implica comportamientos que pueden causar daño.
Cuatro tipos de comportamiento de acoso
Existen cuatro tipos principales de comportamiento de acoso escolar:
- Físico: golpear, empujar, intimidar o dañar físicamente a otra persona, dañar o robar sus pertenencias. Incluye amenazas de violencia
- Verbal/escrito: insultar a alguien por un atributo, cualidad o característica personal
- Social: excluir deliberadamente a alguien, difundir rumores, compartir información que tendrá un efecto perjudicial en la otra persona y/o dañar la reputación social o la aceptación social de una persona
- Ciberacoso: cualquier forma de comportamiento de acoso que se produzca en línea o a través de un dispositivo móvil. Puede ser verbal o escrito, y puede incluir amenazas de violencia, así como imágenes, vídeos y/o audio.
¿Qué no es acoso?
También hay algunos comportamientos que, aunque puedan ser desagradables o angustiosos, no son acoso:
- El conflicto mutuo que implica un desacuerdo, pero no un desequilibrio de poder. Un conflicto mutuo no resuelto puede convertirse en acoso si una de las partes se dirige a la otra repetidamente como represalia
- los actos de maldad o agresión física en un solo episodio, o la agresión dirigida a muchas personas diferentes, no es acoso escolar
- el rechazo o la antipatía social no es acoso, a menos que implique intentos deliberados y repetidos de causar angustia, excluir o crear antipatía en los demás.
Roles de los participantes
Todo el mundo tiene la posibilidad de acosar a otros o de ser acosado. Los individuos pueden asumir varios roles en el acoso, y desempeñar diferentes papeles en diferentes contextos.
Los roles de los participantes pueden incluir a alguien que
- se involucra en el comportamiento de acoso
- es el objetivo del comportamiento de acoso
- ayuda a la intimidación y se une activamente a ella
- alienta y aprueba el acoso; lo refuerza mediante señales verbales y no verbales, como la sonrisa, la risa o los comentarios, y señala que es aceptable
- ve o sabe que alguien está siendo acosado, pero, por diversas razones, es pasivo
- es un «upstander». Un upstander, o defensor, apoya al estudiante que está siendo acosado pidiendo ayuda a un profesor, distrayendo a los estudiantes que tienen un comportamiento de acoso, apoyando al estudiante que está siendo acosado o interviniendo directamente. Estos estudiantes desempeñan un importante papel de protección para los compañeros que sufren acoso, tienen una mayor capacidad de empatía y a menudo son percibidos por los compañeros como modelos positivos.
Consideraciones finales
Un pequeño número de estudiantes son a la vez objeto de acoso y participan en el comportamiento de acoso. Estos alumnos son especialmente vulnerables y pueden necesitar apoyo e intervención adicionales.
Es importante recordar que los niños y los jóvenes todavía están aprendiendo y practicando habilidades sociales. Todos tienen la capacidad de cambiar su comportamiento, pero el hecho de que se les ponga una etiqueta puede dificultar mucho el cambio.
Todos los adultos, incluidos los profesores, el personal de la escuela y los padres, pueden dar ejemplo de comportamiento positivo e intervenir si observan un comportamiento de acoso entre estudiantes. Quedarse de brazos cruzados o dejar que los alumnos «lo resuelvan» por sí mismos, transmite a toda la comunidad escolar el mensaje de que el comportamiento de acoso es tolerado.